Por: Rigoberto Carvallo
rigobertocarvallo@gmail.com
@rigocarvallo
¿Se
imaginan que la Federación Ecuatoriana de Fútbol convocara libremente a todos
los jóvenes para que conformen la tricolor? Tendríamos una selección de cientos
de jugadores.
Asimismo es el sistema de
educación superior pública; lo explico de la siguiente manera:
1. No
existe la cantidad de cupos y universidades suficientes para aceptar a todos
los bachilleres cada año; motivo por el cual el examen "Ser
Bachiller" permite identificar a esa "selección" de estudiantes
que obtienen un puntaje mínimo en base a sus conocimientos básicos y que
puedan, meritocráticamente, alcanzar un cupo para la Universidad.
2. Es
necesario este examen para tener más probabilidades de que los estudiantes que
acceden a la Universidad (que generalmente son los que obtienen mejores
calificaciones), no se retiren a medio camino. Entendamos que el Estado
INVIERTE en cada estudiante y si se retira, el Estado pierde; es decir,
perdemos nosotros porque financiamos la educación pública con nuestros
impuestos.
3. La
instancia llamada a definir las características y mecanismos del sistema de
acceso a las universidades e institutos tecnológicos públicos, es la Secretaría
de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt). Sugerir su
eliminación implica que no existiría institución encargada de definir la
política pública en materia de educación superior; sin ella, ¿Quién define la
pertinencia de la oferta académica? (Es decir, las carreras y profesiones que
el país necesita para su desarrollo), ¿Quién regula la gratuidad de la
educación superior pública? ¿Quién coordina las políticas de investigación en
plena era de desarrolla basado en las tecnologías de la información e
innovación?
De
acuerdo a datos del Sistema Nacional de Información (Secretaría Técnica
Planifica Ecuador, Plan Nacional de Desarrollo 2017-2021), la tasa bruta de
matrícula en educación superior en universidades y escuelas politécnicas en el
año 2016 fue del 27,81%; es decir que, del total de los jóvenes entre 18 y 24
años de edad, aproximadamente un tercio
se matricula en la Universidad.
Por
otro lado, si miramos las estadísticas de la UNESCO (World Bank Open Data),
vemos que en el Ecuador al 2015, alrededor del 45% de jóvenes (independientemente
de su edad) accedieron a educación terciaria (esto es todos los niveles de
educación superior: universidades, escuelas politécnicas, institutos técnicos y
tecnológicos, conservatorios, etc.); cifra que se encuentra por debajo del
promedio de América Latina y el Caribe (52%).
La crítica
fundamental al sistema de acceso a las universidades ha sido en los últimos
años la cantidad de estudiantes que no logran (al menos en su primer intento)
acceder a un cupo. Ante aquello, existe la corresponsabidad, por un lado, del
Gobierno Central para generar las condiciones para que aquel estudiante pueda
tener ilimitadas oportunidades de acceso e instrumentos que le permitan mejorar
su rendimiento; y por otro lado, de las familias para motivar a los jóvenes a
no abandonar sus sueños y enseñarles el valor del esfuerzo y del mérito.